viernes, 16 de mayo de 2014

Las ventajas de ser invisible.


Lo reconozco, lo elegí solo por Ema Watson. Creo que si hubiera existido cuando tenía 15 años, hubiera sido uno de esos libros que marcan la vida de alguien, lamentablemente no tengo esa edad, aunque hay que reconocer que me recordó aquella niña que en 1995 era una estudiante de primero medio, me gusto porque puedo decir que todo lo que Charlie vivió, todos lo vivimos mas o menos parecido y salimos relativamente bien de la dura etapa de la adolescencia, igual como lo hará Charlie aunque al final del libro él no lo supiera aun. Libro para recordarnos lo que es ser adolecente, a veces es bueno volver sobre nuestros pasos, le agradezco a Stephen Chbosky por haberme dado un par de días agradable, con una lectura liviana, que me hizo tomar mi cafecito con una lectura entretenida, a ratos sorpresiva por los giros de la historia, pero sobretodo gracias a sus tres protagonistas, a los cuales extrañare, por la frescura propia de los adolecentes.